lunes, 6 de junio de 2016

Mes del Corazón de Jesús

Gracias, Padre, por el precioso don de tu Hijo Jesús, y gracias, Jesús, por habernos revelado, con tu amor sin límites, el inmenso amor del Padre. Que sepamos corresponder a ese amor de tu Corazón "inagotablemente tierno... incansablemente misericordioso. ¡Latido de infinita compasión!"

"¡Con qué razón y justicia el Evangelio de Jesús puede llamarse el Evangelio del Corazón de Jesús! ¿Que en aquellas páginas no se nombra ni una sola vez? Es cierto. Pero también es cierto que así como por la lanzada del soldado quedó abierto el costado de Jesús y por esa abertura podía verse y tocarse su Corazón de carne, por el espíritu de fe y mejor, por don del Espíritu Santo, a través de cada palabra del Evangelio de Jesús, puede verse y sentirse su Corazón, y por tanto, que no hay que escribir un libro sobre lo que es Él, sino dedicarse a buscarlo en el gran libro, en el libro eterno de su Evangelio. Esa, esa quisiera yo que fuera la ocupación de los ojos y de las inteligencias de los cristianos, leer y contemplar el Evangelio; buscando el Corazón de Jesús, sin parar hasta encontrarlo" (Beato Manuel González)

Corazón de Jesús, concédenos...

* Un corazón grande como el tuyo, hecho a la medida del corazón del Padre, "que hace salir el sol sobre justos e injustos, buenos y malos". Un corazón en el que todos puedan entrar.

* Un corazón manso y humilde, un corazón que ayude no sólo a cargar con el peso de los demás, sino también a no cargar sobre ellos nuestros puntos de vista personales, y nuestros juicios, nuestras críticas o nuestra indiferencia. Un corazón que busca la verdad.

* Un corazón lleno de ternura que abraza con compasión, consuela y protege a los más débiles. Un corazón capaz de ver y acoger el dolor del otro y de caminar a su lado.

* Un corazón soñador que espere contra toda esperanza, unido firmemente al sueño de Dios para cada persona, para toda la humanidad. Un corazón creativo y audaz.

* Un corazón gratuito que ame, que se entregue, que se done, no porque nadie lo merezca, sino porque tu amor no pide nada a cambio. Un corazón con existencia agradecida.

* Un corazón fiel que no abandona su compromiso con el Dios de la Alianza y con el ser humano; que no olvida que el Reino se construye en comunión. Un corazón que cree firmemente.


¿Cómo puedo concretar en este mes
mi correspondencia al don de amor que Jesús me regala?

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