jueves, 28 de febrero de 2013

Como el barro en manos del Alfarero…


   Al comenzar la Cuaresma le preguntaba al Señor...  

¿Qué esperas de mí en este tiempo, qué tengo que trabajar en mí para darte más lugar a Ti?

   Con el correr de los días, en la sencillez de lo cotidiano, me parecía escuchar: Lo más importante,  no es lo que tú hagas, sino…“dejarte hacer” por mí, como “el barro en manos del Alfarero”.
   Entonces, cada mañana le ofrezco al Señor “mi barro”. Él lo conoce, lo acoge, lo necesita, para hacer “algo nuevo”. 
   Saber que Dios acoge mi barro me llena de confianza, dejarme en sus manos me llena de esperanza, descubrir en lo pequeño “su obra”, me llena de gratitud.
   Para mí la Cuaresma es una invitación a la confianza, a la esperanza, a la acción de gracias, porque el Amor de Dios “hace nuevas todas las cosas”. Llegará la Pascua, y entonces… podremos decir como San Pablo: “Llevamos un TESORO, la VIDA NUEVA QUE  JESÚS NOS TRAE, en vasijas de barro”. 

Hna. Carolina María
Misionera Eucarística de Nazaret


¿Qué esperas Señor de mí en este tiempo, 
qué tengo que trabajar en mí para darte más lugar a Ti?

2 comentarios:

  1. Lo que hoy comparten nos hace reflexionar; sólo Él puede reconstruir nuestra vida desde la confianza y la esperanza, pues Él es el dueño de esta vasija. Me gusta mucho sus pubicaciones, gracias. Matilde Sosa Camacho.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por compartir tu fe! Creemos verdaderamente que su "gracia" es la que hace nueva todas las cosas, pues Dios quién nos ama con locura, nos da una nueva oportunidad para manifestar al mundo lo mejor de nosotros mismos, porque la vida que nos ha regalado es su mejor obra. Continuemos caminando con la confianza de sabernos guiados por el Amor.

    ResponderEliminar